Él está reavivando las llamas del amor en esos que están dispuestos. ¿Puedes sentir el aire cargado con el espíritu de profecía – que es Jesús mismo? ¡Jesús se está moviendo! Ahora vendrá con sus ángeles, espíritus ministradores – llamas de fuego.
Una ola de su presencia, en una visitación radical y arrasadora, está por nacer. Este viento está soplando fuegos. Hijos de fuego están siendo despertados y arden con el temor de Dios visible en sus ojos. El fuego de su santidad está quemando toda la escoria de la religiosidad en ellos primero, luego, todo aquello a su paso. El Señor es fuego consumidor en y a través de sus manos.
El Espíritu Santo tiene ojos por toda la Tierra buscando adoradores y vencedores. ¡Aquellos que han vencido al mundo y sus lujurias por medio de la gracia! Derrama aceite ungido sobre ti primero y prepárate para ser un sacrificio vivo – santo y aceptable. Preséntate como un sacrificio en el altar, con el agua de la palabra.
Que los profetas e intercesores clamen al Dios de Elías y que llueva sobre nosotros fuego consumidor del cielo, para bautizarnos con su fuego y su santo espíritu.
¿Te has posicionado para recibir? ¿Estás listo para embarcarte en un viaje de sacrificio? Mantente hambriento y posiciónate para recibir y convertirte en una llama de fuego. Una llama de fuego que arda como antorcha en tu ciudad y nación; predicando el evangelio sin ninguna vergüenza, sino con poder y autoridad.
Todo amante que es apasionado clama a Dios en el espíritu de temor a Dios, ¡¡¡ven oh Dios!!! ¡¡¡Ven y arde en nosotros!!! ¡¡¡Que ardamos con pasión, una pasión por tu amor!!! ¡Una pasión por las almas perdidas! ¡¡¡Una pasión por la santidad y por tu reino!!!
¡¡¡Es hora de arder con fuego que no puede ser apagado!!! ¡Los Hijos de Fuego están aquí!
Un gran despertar es desatado por el tiempo preciso y por el poder y la autoridad del General-Espíritu Santo. Es Él quien inicia todas las cosas y toca a aquellos que responderán a su llamado desde la profundidad de su ser. Cada cual, individualmente, deberá aceptar la responsabilidad de su propio posicionamiento como líder y como uno de los santos. Debemos auto-incendiarnos en fuego santo por medio del hambre de Dios, la intimidad con Él y Espíritu Santo, y con una persecución santa de su presencia.
Una gran visitación que desatará un despertar está a la mano.
Así como el arca del pacto iba siempre al frente, así mismo tenemos que traer de nuevo la oración y la adoración. La presencia de Dios y nuestros encuentros con el Señor deben estar a la cabeza de la lanza. Así es como podemos provocar que bajen las verdades del cielo y sus estrategias a esta tierra.
Ahora mismo hay un río de poder que está fluyendo hacia el cuerpo de Cristo… Debemos capturar su corriente y tirarnos de cabeza en ella. Una poderosa gracia sobre gracia nos está siendo lanzada ahora. ¡Vendrá a través de sus Fuegos!
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